El estrés en el trabajo, como lo
vimos en clases, aparece cuando las
exigencias del entorno laboral superan la capacidad de las personas para
hacerles frente o mantenerlas bajo control, se genera a un desajuste entre los
individuos y las condiciones de trabajo (inseguridad laboral, tipo de
contratación, horarios), la tarea (escasez o excesivo trabajo, monotonía,
ciclos de trabajo breves o sin sentido, plazos ajustados de entrega, presión en
el tiempo de ejecución) y la organización de la empresa (ambigüedad en la
definición de funciones, poco apoyo en la resolución de problemas, ausencia de
sistemas de comunicación y participación).
En este sentido, se deben de tomar medidas que prevengan la
aparición del estrés laboral en los trabajadores. A continuación se presentan unos tips (orientados a la tarea y a la organización)para evitarlo y manejarlo:
- Facilitar una descripción clara del trabajo que hay que realizar (información), de los medios materiales de que se dispone y de las responsabilidades.
- Asegurarse de que las tareas sean compatibles con las capacidades y los recursos de los individuos y proporcionar la formación necesaria para realizarlas de forma competente, tanto al inicio del trabajo como cuando se produzcan cambios.
- Controlar la carga de trabajo. Tanto un exceso de trabajo como la poca actividad pueden convertirse en fuentes de estrés.
- Establecer rotación de tareas y funciones en actividades monótonas y también en las que entrañan una exigencia de producción muy elevada.
- Proporcionar el tiempo que sea necesario para realizar la tarea de forma satisfactoria, evitando prisas y plazos de entrega ajustados.
- Prever pausas y descansos en las tareas especialmente arduas, físicas o mentales.
- Planificar el trabajo teniendo en cuenta los imprevistos y las tareas extras, no prolongando en exceso el horario laboral.
- Favorecer iniciativas de los individuos en cuanto al control y el modo de ejercer su actividad, Las posibilidades de intervención personal sobre la tarea favorecen la satisfacción en el trabajo.
- Explicar la función que tiene el trabajo de cada individuo en relación con toda la organización.
- Diseñar horarios laborales que no entren en conflicto con las responsabilidades no relacionadas con el trabajo (vida social).
- Evitar ambigüedades en cuestiones como la duración del contrato de trabajo y el desarrollo de la promoción profesional. Potenciar el aprendizaje permanente y la estabilidad de empleo.
- Fomentar la participación y la comunicación en la empresa a través de los canales que sean más idóneos para cada organización.